Clap, clap, clap.

La lluvia golpea la ventana.

(Clap, clap, clap).

Fuera, todo parece realmente diferente. Las nubes, negras como el carbón, dejan caer millones de gotas de agua.

- Sí, nos hace falta, pero yo realmente la odio. La lluvia me deprime. ¿No os recuerdan las gotas de agua a las lágrimas? Son realmente iguales, bueno, quizás el tamaño sea diferente.

(Clap, clap, clap...).

El agua sigue golpeando la ventana. Yo me encuentro al otro lado, esperando que sean las 10 para abandonar todo y volver al mundo real, ese en el tienes obligaciones y esas cosas.

(Clap, clap, clap).

-Dos días en casa y se tiene que poner a llover el día que voy a clase. Realmente, creo que soy gafe.

El viento hace un ruido infernal que recorre mi cuerpo de arriba a abajo.

- Me asustan las tormentas, me asusta tanta oscuridad a plena luz del día. No me gustan los días así, me recuerdan a como me encuentro yo algunas veces: oscura y con lágrimas.

(Clap, clap, clap). La lluvia golpea cada vez más fuerte el cristal.

- Realmente, me estoy asustando.

(Clap, clap, clap).

- Dichoso ruido. Parece como si alguien estuviese llamando a la ventana.

Me asomo, por mis suposiciones son reales, pero nada.

- Pero quién me va a llamar por la ventana... Dichosa lluvia, me va a fastidiar el fin de semana. Aunque pensándolo bien, mi estado de salud va a ser realmente quien me lo va a fastidiar.

(Suspiro)

Miro al cielo, y veo pequeños rayos de sol entre ls nubes. Minúsculos. Pero no advierten de que va a salir el sol. La tormenta no va a dejarle salir tan pronto.

- A veces me pregunto si las gotas de agua, son lágrimas. Quizás haya alguien ahí arriba que se deprima cada dos por tres, como el resto de los humanos. O quizás, llorar sea un don que sólo tenemos algunos.

Pensándolo bien, es cierto. No todo el mundo sabe llorar. No todo el mundo llora.

(Clap, clap, clap):

- Sí, pero ese dichoso ruido, lo sabe hacer todo el mundo...